De una entrevista con Ken O'Donnell para la
revista Bons Flúidos, (Brazil)
"Seguir el Camino del Dinero" F. Wilson D.
Weigl / Milton Trajan.
Construir una vida próspera no consiste
únicamente en balancear los ingresos con los gastos. La abundancia de bienes materiales, el reconocimiento
profesional, el control de las cuentas mensuales, están profundamente
relacionados con valores tales como la generosidad y el desapego.
K: Como en una reacción
de causa y efecto, cuando nos trazamos objetivos menos egoístas y dirigimos
nuestros talentos a proveer bienestar a los demás, atraemos lo que se llama
suerte o buena fortuna. Esto no es más
que una señal de que el universo nos devuelve lo que hacemos por otros seres
humanos.
¿El dinero trae la felicidad?
K: Si esta respuesta
fuese sí, todos los millonarios serían inmensamente felices y los pobres, que
constituyen la mayoría en el planeta, infelices. Asociar el dinero con la felicidad depende no
de cuánto tenemos, sino de cómo utilizamos nuestros recursos y cómo nos
relacionamos con ellos. Por supuesto
que una persona de medios modestos tendrá muchas preocupaciones, tales como
pagar las cuentas y el colegio de sus hijos, pero una persona rica necesita
protegerse detrás de muros y pagar por autos blindados y guardias. Desde este punto de vista, un nómade viviendo
en una carpa en el desierto sería más feliz.
¿Los objetivos atraen la riqueza?
K: Mientras más altas
nuestras metas, más contribuye el Universo con nuestros logros materiales. Quienquiera que persiga metas egocéntricas
difícilmente conseguirá la cooperación de otros egos.
Más bien, cuando queremos no sólo mejorar
nuestra situación financiera sino también la de muchas otras personas, se
moviliza más energía para este propósito. Por ejemplo, cuando pienso en abrir un negocio, más allá de ganar dinero
se puede emplear a otras personas. Cuando
tenemos un propósito útil que sirve al mundo, el mundo siempre encuentra un
lugar para nosotros.
¿Ambición?
K: Los niños en la
India juegan una broma cruel a los monos. Ponen un vaso con maníes delante del mono. Este trata de agarrar la mayor cantidad de
maníes posible. El pobre animal llena su
mano, pero no puede llevarla a su boca desde el vaso. En su esfuerzo por comer los maníes, y no
queriendo soltarlos, rompe el vaso contra el suelo y se corta malamente la
mano. Esta analogía ilustra nuestra
necesidad de dirigir la ambición hacia un fin saludable. ¿Realmente necesitamos todo lo que
queremos? ¿No estamos desperdiciando
energía persiguiendo obtener símbolos de
status o alguna cosa que no necesitamos en lo más mínimo? Esta debería ser una reflexión constante; de
lo contrario, corremos el riesgo de dañarnos en nuestro afán de conseguir algo
a cualquier costo, al igual que el mono.
¿Amos o esclavos del dinero?
K: Hay una expresión en
la India que muestra la relación entre la vida humana y material: tan, man,
dhan. En Hindi, tan quiere decir cuerpo, man quiere decir mente
y dhan, riqueza. Están juntas como un cochero (man), un caballo
(tan) y una carreta (dhan). Esta rima enseña que, dependiendo cómo enfocamos
nuestra energía física y mental, podemos conducirnos adecuadamente en el camino
de la vida, o ser dominados por el materialismo si ponemos la carreta delante del caballo. La verdadera riqueza está en el auto-control.
Así como el conductor tiene que manejar la
carreta, nosotros tenemos que observar constantemente cómo nuestra mente
conduce nuestras acciones cuando la meta es lograr riqueza. El peligro está en invertir el tan, man
y dhan cuando hay riesgo de que la codicia, el apego y la sed de consumo
controlen nuestras vidas.
¿Desapego?
K: Necesitamos saber
cómo encontrar un verdadero balance, un sentido de seguridad y autonomía, dentro
de nosotros mismos y no externamente. Si
colocamos todas nuestras expectativas en un logro o en bienes materiales, o en cualquier
cosa fuera de nuestros propios recursos internos, si esto falla o se acaba,
perderemos nuestra coherencia.
En el diccionario, el significado del
verbo ‘estar apegado’ es ´estar atrapado o atascado en algo o alguien’. Pero esto es bastante inútil, especialmente en
el mundo de hoy. En estos tiempos de
cambios tan rápidos y drásticos necesitamos sostenernos sobre nuestros
cimientos internos.
Traduccion: Maria Elena Larrea
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