“Aprendemos
geología
la mañana siguiente al
terremoto”.
Ralph Waldo Emerson
Recientemente fui invitado al pueblo de Santa María, al sur de
Brasil, por un grupo de preocupados ciudadanos y funcionarios públicos para
hablarles sobre los tiempos que estamos viviendo. Era el lugar donde 250 jóvenes perdieron la
vida en el incendio de una discoteca en enero de 2013.
Es muy difícil olvidar las escenas de horror que salieron en
todas las noticias en ese entonces, especialmente para a las familias que
perdieron a sus seres queridos. Sabemos
que la vida es dura, que las tragedias ocurren algunas evitables y otras no. Los edificios se derrumban, los barcos se
hunden, los terremotos y tsunamis causan destrucción. En este caso, fue una serie de errores
humanos, tanto antes del evento, como el mismo día del desastre. La lista de errores que contribuyeron al incendio
es larga:
- El lugar estaba abarrotado de
gente esa noche.
- El cantante encendió una llama en
el escenario.
- Las chispas llegaron al techo de
espuma y se inició el fuego.
- El extinguidor de fuego al lado del
escenario no funcionó.
- Las salidas eran demasiado
estrechas para permitir la salida de tanta gente.
- Etc. etc.
Como siempre, cuando tales
tragedias humanas ocurren, nos quedamos con los restos de una triste realidad y
el recuerdo de lo que pudo haber sido. A
pesar del sufrimiento, la vida continúa.
Sin embargo, se lo debemos a aquellos que perecieron: el aprender las
lecciones correctas, tanto desde el punto de vista técnico como humano. Castigamos a aquellos que deben ser castigados. Lamentamos las
vidas perdidas. No obstante, el tributo más
grande a los seres que dejaron sus cuerpos en el incendio es aprender todas las
lecciones que podamos, para prevenir desastres similares en el futuro. Desafortunadamente, no hay garantía de que así será.
Como siempre en tales situaciones nos abocamos intensamente a
buscar soluciones. Cumplimos al pie de
la letra la frase de Emerson, citada al inicio de este artículo. En este caso, a lo largo del país, las
autoridades locales se movilizaron para revisar los permisos de las discotecas
y otros ambientes cerrados, así como para aumentar la seguridad. Pero se hizo a posteriori, y las lecciones sólo
nos sirven si constituyen la base de una nueva y más completa previsión, basada
en decisiones más firmes. No tiene
sentido entrar en el irreal tiempo verbal “si solo hubiéramos –o no hubiéramos-
hecho tal cosa, podríamos haber hecho esto o aquello”. Ocurrió. Sigamos
adelante, pero poniendo más atención.
Durante la charla recordé el principio del clásico de Charles
Dickens, “Historia de Dos Ciudades”, sobre la época de la Revolución
Francesa durante la cual Londres y Paris chocaron:
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, era la edad
de la sabiduría, era la edad de la necedad, era la época de la fe, era la época
de la incredulidad, era la estación de la Luz, era la estación de la Oscuridad,
era la primavera de la esperanza, era el invierno de la desesperación, teníamos
todo delante de nosotros, teníamos nada delante de nosotros….”
Esta frase muestra las elecciones que tenemos en todas las
épocas, especialmente en la actual.
Es crucial aprender a identificar la variedad de opciones de
estilos de vida que tenemos para elegir, entre lo mejor y lo peor, y
desarrollar el poder para discernir cuál es la base para hacer las elecciones
correctas. El poder interno surge de la
práctica de la meditación y la reflexión personal, lo que nos ayuda a tener
menos y mejores pensamientos
Alguien que trata de ver el mundo únicamente a través del ojo de
sus propios intereses egoístas termina viendo el mundo no como realmente es,
sino como el ego le dice que es. Si
miramos con perspectiva, naturalmente veremos más. Si vemos más, entendemos más y elegimos mejor.
En un año como el que hemos tenido hasta ahora, no puedo pensar
en un mayor regalo para alguien de cualquier edad que el tener el poder del
discernimiento. Las 24 horas del día
recibimos un bombardeo de información verbal, visual y escrita. Un ser humano que vive hoy en una gran ciudad aprende
más en un día de lo que pudo aprender alguien en la época de la Revolución
Francesa durante toda su vida. Hay un
buffet continuo de ofrecimientos para nuestros sentidos. Con tan grande variedad de productos,
servicios, cursos y foros de entretenimiento es difícil saber qué queremos, y navegar
adecuadamente en un mar cambiante de verdades y falsedades
El poder de discernir es la habilidad de ver la diferencia entre
dos o más objetos o situaciones. Es una brújula importante en estos tiempos
aquejados de problemas. Se convierte en
el arma más poderosa para conseguir el éxito, no solo en nuestra vida personal
sino en la profesional
Finalmente,
si tenemos el poder de discernir, podemos elegir cómo, dónde y con quién
celebramos la vida.
Luego de cambiar de lugar con un amigo, para morir en la guillotina, Sydney Carton, el héroe de 'Historia de Dos Ciudades”, dice justo antes de caer el hacha: “Es lo mejor que he hecho en mi vida; entro al mejor reposo que jamás he conocido.”
Luego de cambiar de lugar con un amigo, para morir en la guillotina, Sydney Carton, el héroe de 'Historia de Dos Ciudades”, dice justo antes de caer el hacha: “Es lo mejor que he hecho en mi vida; entro al mejor reposo que jamás he conocido.”
Hasta el último
minuto elegimos nuestro camino.
Autor: Ken O'Donnell
Traduccion: Maria Elena Larrea
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